La alcalinidad, o alcalinidad total, es la cantidad de sales alcalinas dentro del agua y su capacidad para neutralizar los ácidos, algo que es muy importante para mantener el agua de la piscina limpia y segura. En este artículo hablaremos de cómo reducir la alcalinidad de la piscina y mantener el pH del agua equilibrado.
Las sales alcalinas son las de calcio y magnesio, expresadas en ppm o mg/l. El control de la alcalinidad evita cambios repentinos de pH, lo cual es fundamental para garantizar que el cloro desinfecte el agua de manera efectiva.
El rango recomendado de alcalinidad total de una piscina está entre 100 y 150 ppm. La alcalinidad total se refiere a la capacidad del agua de la piscina para resistir el cambio de pH. Cuando se agrega una sustancia y otros productos químicos al agua de la piscina, la alcalinidad total reacciona para mantener el pH en el rango deseado (7.2 – 7.8).
Si el valor es superior a 150 ppm, el agua puede volverse turbia y el pH subirá. Cuando el valor de alcalinidad total es inferior a 100 ppm, el pH puede volverse inestable.
Hay varios factores que pueden alterar la alcalinidad, por ejemplo:
- Cambios en el volumen de agua debido a la evaporación, que provoca una concentración de carbonato de calcio.
- Lociones, cremas solares, sudor y residuos.
- Contacto con rocas carbonatadas.
- Uso incorrecto de productos químicos.
- Averías en el sistema de filtración de la piscina.
La alta alcalinidad puede causar un aumento descontrolado del pH, agua turbia, irritación en los ojos, garganta y oídos, así como descamación en las paredes y accesorios de la piscina. A su vez, un pH alto disminuye la efectividad del cloro y de otros tratamientos desinfectantes.
Una forma de reducir la alcalinidad es agregar compuestos ácidos y reductores de pH. Generalmente las propiedades ácidas de estos productos reaccionan con la alcalinidad carbonatada o bicarbonatada y producen dióxido de carbono, expulsando el carbono responsable de la alta alcalinidad en forma de gas.
Estos productos vienen en formato líquido, en polvo o en tabletas. Una vez que el nivel de alcalinidad comience a estabilizarse, los niveles de pH de la piscina tardarán 48 horas en equilibrarse. Del mismo modo, el ácido clorhídrico es muy recomendable para reducir la alcalinidad de la piscina de forma rápida y eficaz.
Las incrustaciones de carbonato de calcio pueden eliminarse con soluciones ácidas débiles, como el ácido acético. La piscina debe estar vacía durante este procedimiento.
La corrección de la baja alcalinidad es un poco más complicada, ya que puede causar que los niveles de pH de la piscina fluctúen. Suele estar causada por un mal funcionamiento de los sistemas de filtración de la piscina o por la falta de un mantenimiento adecuado. Por ejemplo, las tabletas de ácido tricloroisocianúrico pueden hacer que el agua se vuelva demasiado ácida.
La baja alcalinidad y unos niveles de pH inestables provocan corrosión y manchas en los accesorios y las piezas metálicas, sobrecarga en los sistemas de filtración, irritación de los ojos, la nariz, la garganta y la piel y una desinfección ineficaz. Un nivel de pH bajo en la piscina también puede propiciar que el agua se vuelva verde.
A diferencia de los casos en los que se debe aumentar la alcalinidad, disminuirla requiere una precisión mucho mayor. Se recomienda calcular el volumen de agua de la piscina y el pH en el momento del mantenimiento. A continuación se aplica un incrementador de alcalinidad, generalmente bicarbonato de sodio. Es fundamental seguir las indicaciones de dosificación para conseguir los resultados deseados.
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