La generación millennial es cada vez más relevante para el sector hotelero. De hecho, hoy en día los millennials representan más del 30% de los clientes de los hoteles. Esta tendencia alienta al sector a adaptar su oferta a sus gustos, y, entre ellos, las piscinas ecológicas se posicionan como un importante atractivo.
Las grandes cadenas hoteleras están invirtiendo en la creación de nuevas marcas y estructuras de oferta, diseñadas para adaptarse a las nuevas tendencias y gustos. Su principal objetivo es ofrecer a los clientes emergentes experiencias auténticas ligadas a la cultura local, pero este tipo de usuario también premia los valores que recogen las políticas de sostenibilidad medioambiental y de responsabilidad social corporativa.
El público millenial no solo tiene en cuenta el coste del establecimiento en el que se aloja, sino que también considera el impacto que su consumo diario tiene en el mundo que le rodea. De esta manera, el hecho de que un hotel se decante por las piscinas ecológicas es un valor añadido de cara a atraer a este tipo de público, ya que se está emitiendo un mensaje que claramente apuesta por la sostenibilidad y el respeto medioambiental.
Los expertos del evento europeo de piscinas y wellness “Piscine Global 2019, definieron como piscinas ecológicas aquellas instalaciones acuáticas que utilizan tratamientos responsables con el medio ambiente.
Sus expertos consideran que las piscinas con tratamientos de ozono, electrólisis de sal, radiación ultravioleta y oxígeno activo pueden considerarse también piscinas ecológicas, así como también aquellas piscinas que reducen los niveles de consumo energético.
- Piscinas que utilizan un tratamiento del agua con alta tecnología y que tienen un impacto mínimo en el medio ambiente.
- Biopiscinas o piscinas naturales, que son aquellas que tratan de emular el ecosistema natural para obtener una instalación con un impacto medioambiental nulo.
Piscinas con tratamiento del agua con alta tecnología
Según Piscine Global, las principales innovaciones para desinfectar el agua de manera ecológica son las siguientes:
- Electrólisis de sal. Es un proceso químico que se utiliza para el tratamiento del agua, pero que no requiere del almacenamiento de productos tóxicos ni genera subproductos.
- Radiación ultravioleta. Tiene un impacto directo en el ADN de los microorganismos para detener su desarrollo. Reduce el consumo de productos químicos entre un 80% y un 90%, y se puede manipular de forma segura sin tener que tomar medidas especiales para ello.
- Oxígeno activo. Este tipo de tratamiento no tiene ningún impacto negativo en la piel ni en la mucosa. Se basa en una molécula natural que se disuelve en el agua para liberar oxígeno.
- Ozono. Es un tratamiento que se utiliza para potabilizar el agua, ya que destruye los microorganismos nocivos del agua sin generar ningún subproducto.
A éstas, cabe añadir las últimas tecnologías fruto de la combinación o evolución de las anteriores:
- Neolysis. Este sistema combina la tecnología de electrólisis de sal con la radiación ultravioleta, por lo que consigue un proceso de tratamiento del agua y de desinfección eficiente y sostenible.
- Freepool. Este método combina también la tecnología de electrólisis de sal con la radiación ultravioleta para el tratamiento del agua de las piscinas ecológicas. Sin embargo, además, cuenta con un sistema de inyección de CO2 en el agua, lo que permite corregir el nivel del pH y reducir el consumo de agua.
Las biopiscinas
En estas instalaciones, la purificación del agua se realiza a través de filtros biológicos y plantas acuáticas, como las que se utilizan en los ecosistemas naturales. Como no se utilizan elementos químicos, se consigue conservar la biodiversidad y aumentar el valor estético del entorno. Estas instalaciones están especialmente diseñadas para aquellos lugares donde se busca una gran armonía con la naturaleza.
En cuanto a los estándares europeos, la organización oficial que regula el uso de este tipo de piscinas es la International Organization for Natural Bathing Waters. En Alemania y Austria también existen normativas propias para el uso público de biopiscinas. Por desgracia, en el resto de países de la Unión Europea, y en muchos otros, no existe aún normativa aplicable, lo que imposibilita la introducción de este tipo de construcciones.
Los beneficios de las piscinas ecológicas destacan en dos áreas diferentes:
- Beneficios para la salud. El principal beneficio para la salud que aportan este tipo de piscinas es que evitan la irritación de la piel, la mucosa y los ojos. Además, están especialmente indicadas para aquellas personas que sufren piel atópica u otros problemas dermatológicos.
- Beneficios para el medio ambiente. Estas piscinas tienen un impacto muy reducido en el medio ambiente. Además, en estas instalaciones se utiliza un 35% menos de agua para lavar los filtros, y los equipos de depuración consumen muy poca energía.
Las piscinas ecológicas son una solución viable para el sector de la hotelería. Además, gracias a su bajo impacto medioambiental, tienen un valor añadido para atraer a un público concienciado con la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos disponibles, como suele suceder con la generación millennial.