El enfoque para desinfectar una piscina de agua dulce difiere del de una piscina de agua salada, por lo que los operadores de piscinas deben asegurarse de elegir un modelo que se ajuste a sus necesidades.
La higiene de las piscinas sigue siendo un tema clave para los operadores de piscinas a la búsqueda de nuevas tecnologías que optimicen sus procesos. En este contexto, la piscina de agua dulce ha visto cómo las piscinas de agua salada se han convertido en un gran competidor en términos de eficiencia.
El agua de la piscina está directamente relacionada con los sistemas de desinfección disponibles, que tienen un gran impacto en la experiencia del usuario, la sostenibilidad y los costes económicos para los operadores. En definitiva, elegir el tipo adecuado de agua es una elección importante.
Desde nuestra experiencia en la creación de instalaciones acuáticas sostenibles y eficientes, compartimos a lo largo de este artículo algunas claves para ayudarte en esta elección.
Piscina de agua dulce es una designación comúnmente utilizada en la industria de las piscinas. Este tipo de instalación acuática se considera un modelo convencional, a diferencia de las piscinas de agua salada, que describiremos a continuación. Al contrario de lo que sugiere el nombre, una piscina de agua dulce no es necesariamente una piscina libre de químicos o que no requiera cloro para su desinfección.
Desde un punto de vista técnico, el agua dulce se define por la cantidad de sólidos disueltos totales (TDS) que contiene. Según la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos), el agua con más de 500 partes por millón no puede clasificarse como agua dulce.
De hecho, para prevenir el crecimiento de algas y bacterias, se añaden pastillas o gránulos de cloro a la piscina cada cierto tiempo, ya sea manualmente o mediante un proceso automatizado usando sistemas de dosificación (ideal para piscinas comerciales o públicas).
Las opciones de desinfección existentes actualmente ofrecen mejoras para reducir la cantidad de productos químicos que se añaden a la piscina, tales como:
- Elegir sistemas de tratamiento del agua que utilicen menos productos químicos y desinfectantes y reduzcan el consumo de agua, como Heliox UV y Neolysis , basados en la desinfección UV.
- Priorizar los sistemas mecánicos de filtración del agua frente a los procesos intensivos de desinfección.
La elección de soluciones de piscinas más ecológicas , como estanques de baño y biopiscinas , también resulta beneficiosa. Estos sistemas están diseñados de tal modo que el tratamiento del agua es mínimamente invasivo, basado en procesos naturales, fosfatos y plantas.
A diferencia de las piscinas de agua dulce, las piscinas de agua salada requieren el uso de cloradores salinos , también conocidos como generadores de sal (como Freepool2 , Nature Salt Plus o Easy Salt Next. Estos equipos emplean la electrólisis para dividir la sal en hidrógeno y ácido hipocloroso (la forma disuelta del cloro). El resultado es un proceso de desinfección constante que no requiere cloro añadido, al contrario que las piscinas de agua dulce, que necesitan añadir cloro cada cierto tiempo.
Es un proceso de desinfección mucho menos intensivo en cuanto al cloro, con beneficios adicionales en términos de experiencia del usuario : se reducen los olores de la piscina y el ambiente general asociado al cloro de las piscinas convencionales de agua dulce está menos cargado.
También es importante tener en cuenta que, si bien las piscinas de agua salada son saladas de por sí, tan solo tienen alrededor de 3.000 partes por millón (PPM) de sal, una proporción minúscula en comparación con las 35.000 PPM del agua del mar.
Esta reducida concentración de sal garantiza que los bañistas sientan el agua mucho menos salada y pegajosa que el agua marina. Al contrario, los usuarios suelen disfrutar de la sensación y textura suave de esta agua sin cloro.
Resumiendo, la principal diferencia entre las piscinas de agua dulce y las piscinas de agua salada es que emplean diferentes procesos de cloración.
En términos generales, los múltiples beneficios de las piscinas de agua salada en términos de reducción de cloro están aumentando la demanda de estos sistemas. Sin embargo, es crucial comprender por completo las ventajas e inconvenientes asociados a estos sistemas y, en consecuencia, su idoneidad.
- Menos agresiva . Las piscinas de agua salada permiten el uso de productos naturales en lugar de desinfectantes químicos. Esto, a su vez, se traduce en una reducción de la cloración y de sus molestos efectos asociados, como la irritación de los ojos y la piel de los bañistas.
- Menos costosa y más fácil de mantener. Las piscinas de agua salada normalmente requieren operaciones de mantenimiento menos intensivas que las piscinas de agua dulce. Análisis de agua y ajustes químicos ocasionales son las principales acciones de mantenimiento en las piscinas de agua salada.
- Cloración continua . Las piscinas de agua dulce pueden generar desequilibrios de cloración. Tanto la cloración excesiva como la cloración insuficiente pueden ser un problema, lo que podría traducirse en molestias para los usuarios, el crecimiento de algas o la decoloración. Por el contrario, como las piscinas de agua salada se cloran a un ritmo constante, es más improbable que los niveles de desinfección se desequilibren.
- Mejor experiencia de usuario . Las piscinas de agua salada suelen irritar menos. No solo eso, sino que la gran mayoría de usuarios opina que el agua salada sienta mejor. La textura sedosa del agua salada invita a los bañistas a realizar sesiones de baño y de nado más largas, lo que lleva a una mayor satisfacción con las instalaciones.
- Mayores costes iniciales. La complejidad del sistema de cloración salina significa que los costes iniciales de estos sistemas tienden a ser más altos que los modelos de piscinas de agua dulce. En cualquier caso, el tamaño de la piscina determina en gran medida el precio de este tipo de sistemas. Para compensar estos costes iniciales, las piscinas de agua salada generan mayores eficiencias operativas, incluido un mayor ahorro en el consumo de agua. Como resultado, los propietarios de piscinas tienden a beneficiarse de un rápido retorno de la inversión (ROI).
- Corrosividad. La sal presenta propiedades corrosivas que pueden dañar los equipos de la piscina. Sin embargo, esto puede evitarse mediante el uso de accesorios y equipamiento para piscinas aptos para la sal, así como también asegurando niveles adecuados de pH y de sal. Esto último se puede lograr de manera eficiente mediante el uso de equipos automáticos de control de pH.
Hay muchos aspectos que deben tenerse en cuenta en el diseño de una piscina, entre ellos están los sistemas de desinfección, los materiales de construcción y los tipos de agua, como los que acabamos de ver. Además, los diseñadores profesionales de piscinas deben asegurarse de que el sistema funcione como un todo, de modo que todos los equipos estén integrados.
En definitiva, la ingeniería acuática experta y el asesoramiento en el diseño de piscinas garantizarán que los operadores de piscinas consigan una instalación integrada que maximice la eficiencia en términos de costes y sostenibilidad, tanto a corto como a largo plazo.