La temperatura de la piscina es uno de los aspectos más importantes para el confort de una instalación acuática. Si el agua está demasiado fría o demasiado caliente puede convertirse rápidamente en un problema que provoca la insatisfacción del usuario. Sin embargo, no todas las piscinas son iguales; dependiendo de su uso previsto, los requisitos de temperatura pueden variar considerablemente.
Con un sistema de control de la temperatura adecuado los profesionales de la piscina pueden garantizar una experiencia agradable al usuario, así como una adecuada seguridad e higiene. Por otro lado, en las piscinas de competición, la temperatura del agua también desempeña un papel importante en el rendimiento de los atletas. A continuación presentamos un resumen completo de los diferentes usos y modelos de piscinas y las condiciones óptimas de temperatura en cada caso.
Valores de temperatura adecuados para una piscina olímpica
El primer tipo de instalación que vamos a analizar es el de una piscina olímpica. Las piscinas olímpicas son instalaciones acuáticas que cumplen los cuatro requisitos siguientes, tal y como establecen las regulaciones oficiales de la federación World Aquatics (antes llamada FINA):
- La piscina debe tener 50 metros de largo y 25 metros de ancho.
- Debe dividirse en ocho calles que miden 2,5 metros cada una.
- La piscina deberá dejar 2,5 metros de espacio a cada lado de las calles exteriores.
- Debe tener 2 metros de profundidad.
La Federación Internacional de Natación ha establecido que la temperatura del agua en las competiciones estándar debe estar entre 25 ºC y 28 ºC. En las competiciones de natación sincronizada, se considera que la temperatura óptima del agua es 27 ºC. Estos rangos de temperatura son los ideales para mantener la salud y el rendimiento de los atletas. Una temperatura superior a 28 ºC puede ayudar a aumentar la velocidad de los nadadores, pero también conlleva una mayor carga metabólica y cardiovascular y causa unos niveles de deshidratación significativos. Por otro lado, si el agua está más fría puede originar problemas de salud y rendimiento, incluso hipotermia.
Con respecto a otros parámetros atmosféricos, la temperatura ambiente debe ser entre 2 ºC y 3 ºC superior a la temperatura del agua, y se considera que 29 ºC es la temperatura óptima más alta. La humedad relativa debe estar entre el 55% y 70%.
Temperatura del agua en instalaciones semiolímpicas
Las piscinas semiolímpicas, también conocidas como short course pools, son la mitad del tamaño de las instalaciones olímpicas estándar: 25 metros de largo y 12,5 metros de ancho. Más concretamente, la longitud de una piscina se define como la distancia mínima entre las caras interiores de las paredes frontales. En este caso, la longitud debe ser tal que cuando se utilicen paneles táctiles para el cronometraje electrónico (en los extremos de salida de las paredes o en los giros) se garantice una distancia de 25 metros entre las dos caras más próximas de los paneles opuestos.
Normalmente estas piscinas se utilizan para sesiones de entrenamiento y competiciones de natación, y presentan el tamaño mínimo necesario para una competición olímpica y otros campeonatos profesionales. Otros requisitos específicos de las piscinas semiolímpicas son:
- Deben presentar una profundidad mínima de 1,35 metros, que se extiende desde 1,0 metro hasta al menos 6,0 metros desde la pared final en el caso de piscinas con pódiums de salida.
- La distancia al límite de la pared debe ser inferior a 6 metros.
- Cada calle debe tener al menos 2,5 metros de ancho.
- Las piscinas semiolímpicas de 25 metros deben tener 8 o 10 calles.
- El espacio entre la pared y la línea de flotación de la primera y última calles debe ser de 0,20 metros, de manera que se minimicen los efectos del oleaje.
Estos requisitos se establecen para que el flujo y reflujo del agua cumpla con las leyes de salud pública y las mejores prácticas para la competición, a fin de que las turbulencias del agua sean mínimas. La temperatura del agua en las piscinas semiolímpicas debe estar entre 25 ºC y 28 ºC, si bien, en general, se considera que 27 ºC es la temperatura más adecuada para estas instalaciones.
Valores de temperatura adecuados para las piscinas de saltos
Una piscina de saltos es una instalación acuática diseñada para la práctica y competición de saltos, de trampolín y plataforma. De acuerdo con las normas internacionales de competición, estas instalaciones deben tener al menos 25 metros de largo y 20 metros de ancho. Una piscina de saltos debe tener una profundidad mínima de 4,5 metros, aunque para las competiciones se recomienda una profundidad de 5 metros.
Además de estos requisitos relativos al tamaño, las piscinas de saltos también deben cumplir con los siguientes requisitos:
- La plataforma de salto junto con la piscina, han de formar un único recinto que deberá estar aislado, debiendo estar protegida del alcance de posibles vientos dominantes que molesten a los saltadores.
- El trampolín debe presentar una longitud mínima de 4,8 metros y un ancho de medio metro. Debe incorporar una superficie antideslizante.
- Si se utilizan plataformas, la longitud mínima de dichas estructuras es de 6 metros y deben tener medio metro de ancho. La parte delantera de la plataforma, donde se colocan los competidores antes de saltar, debe sobresalir al menos 1,5 metros del borde de la piscina. También debe presentar una superficie antideslizante.
Según la Federación Internacional de Natación, los valores de temperatura del agua en las piscinas de saltos deben ser los mismos que los de otras piscinas de competición estándar: entre 25 ºC y 28 ºC, donde 26 ºC se considera el valor óptimo.
Estas condiciones de temperatura tan específicas se basan en el uso particular de dichas piscinas: antes de una inmersión, los atletas calientan los músculos. Sin embargo, durante el salto, su cuerpo pierde calor. El cambio de temperatura a medida que chocan con la superficie del agua puede ser potencialmente dañino para sus músculos. Una temperatura de 26 ºC garantiza que el agua de la piscina sea segura y no supone un impacto difícil de controlar en el cuerpo de los atletas.
Temperatura de una piscina de waterpolo
Las piscinas de waterpolo están diseñadas para la práctica de esta particular actividad deportiva, en la cual los nadadores no deben estar en contacto con el fondo de la piscina y deben mantenerse a flote en todo momento. Sin embargo, es habitual que las competiciones de waterpolo se lleven a cabo en piscinas olímpicas delimitando el terreno de juego mediante corcheras, adaptándose a los estándares de un campo de waterpolo con los accesorios de competición necesarios.
Las dimensiones de una piscina de waterpolo varían si la instalación alberga competiciones masculinas o femeninas, tal y como establece la normativa de World Aquatics. En el waterpolo masculino, la longitud debe ser de 33 metros, medidos desde una línea de meta a otra, y 20 metros de ancho. En el caso del waterpolo femenino, las piscinas deben tener 25 metros de largo y 17 metros de ancho. En ambos casos, la profundidad de la piscina debe ser de 1,8 metros para garantizar que los jugadores no puedan tocar el fondo.
De acuerdo con los requisitos de World Aquatics, la temperatura del agua en las piscinas de waterpolo debe estar a 26 ºC, aunque se permite una variación de 1 ºC hacia arriba o hacia abajo, tanto en las competiciones como en los entrenamientos. Con esta temperatura se consigue una mejora de la resiliencia cardiopulmonar, la estimulación de la circulación sanguínea, el mantenimiento de una presión arterial estable y la disminución de la presión arterial.
Temperatura de una piscina de natación (lap pool)
Las piscinas de natación, piscinas de entrenamiento o piscinas deportivas están diseñadas para el desarrollo de actividades deportivas, como por ejemplo, entrenamiento, clases de natación y actividad física. Algunas de las actividades más comunes que se realizan en una piscina de natación son:
- Natación libre individual
- Clases colectivas de natación
- Sesiones de recuperación o rehabilitación física.
- Entrenamiento de tonificación muscular
Aunque cada piscina de entrenamiento puede tener sus propias particularidades, hay algunas características comunes:
- La forma rectangular es la más recomendable a la hora de diseñar una piscina de natación, ya que facilita su uso y optimiza el espacio disponible.
- Aunque hay diferentes tamaños disponibles, las dimensiones más comunes de las piscinas de natación son 25 metros x 12,5 metros y 25 metros x 16,5 metros.
- En cuanto a profundidad, una piscina de natación para nadadores ocasionales o amateurs debe tener alrededor de 1,4 metros de profundidad, mientras que para usuarios profesionales se recomienda 1,8 metros.
Según las recomendaciones de World Aquatics, la temperatura del agua de una piscina de natación, de calentamiento o de entrenamiento debe estar entre 25 y 28 ºC, siendo esta última la más adecuada. Dicho valor ayuda a los nadadores a realizar sus sesiones de entrenamiento y rehabilitación, facilita la mejora de la circulación y previene enfermedades del corazón.
Temperatura adecuada para las piscinas recreativas
Las piscinas recreativas son instalaciones acuáticas diseñadas para la diversión y destinadas a que los usuarios participen en experiencias de ocio con su familia o amigos. Estas piscinas normalmente se encuentran en complejos hoteleros y propiedades como hoteles y resorts, piscinas públicas y centros acuáticos, donde dichas instalaciones están orientadas a la diversión y al disfrute .
Aunque los requisitos de las piscinas recreativas no son homogéneos, suelen compartir las siguientes características:
- La forma puede ser variada, siempre y cuando la piscina no presente curvas, ángulos u obstáculos que dificulten la circulación del agua.
- La superficie del agua no debe ser inferior a 200 m2. Esta cifra se basará, no obstante, en el cálculo de las necesidades de la zona atendida por la piscina.
- En una misma piscina se pueden diseñar zonas de baño independientes con el fin de facilitar diferentes actividades, como el ocio o la práctica de la natación. En estos casos, los cambios de uso y de profundidad deberán indicarse correctamente a los usuarios.
- Habitualmente, la profundidad mínima para este tipo de piscina es de 1 metro, mientras que la profundidad máxima es de 1,4 metros en las zonas recreativas para no nadadores y de 2,2 metros en las zonas de natación.
La normativa NIDE ha establecido que la temperatura del agua de todas las áreas recreativas cubiertas debe estar entre 25 ºC y 28 ºC, siendo 28 ºC la óptima. Las piscinas recreativas en hoteles y resorts suelen mantener el agua a una temperatura entre 28 ºC y 30 ºC. Sin embargo, esta temperatura puede variar según la ubicación geográfica de la piscina y las condiciones climáticas, ya que algunos usuarios pueden preferir una temperatura más baja (entre 27 ºC y 28 ºC) para evitar el sobrecalentamiento. Estos valores tienen como objetivo proporcionar una experiencia satisfactoria y placentera a los usuarios que potencie su bienestar físico y mental.
Temperatura de las piscinas infantiles o de chapoteo
Las piscinas infantiles o de chapoteo están especialmente diseñadas para que los niños de hasta 5 años puedan jugar en el agua. Estas piscinas suelen formar parte de centros acuáticos y complejos más amplios que disponen de otras instalaciones dedicadas al ocio y a la educación física. Las piscinas infantiles se pueden diseñar de varias formas, siempre y cuando no haya curvas, ángulos y obstáculos que dificulten la circulación del agua.
Si tenemos en cuenta que los usuarios destinatarios de este tipo de piscinas son los niños, la profundidad máxima debe ser de 0,4 metros y la pendiente del fondo debe estar entre el 2% y el 6% en cualquier línea recta dentro de la misma. La temperatura del agua de una piscina de chapoteo cubierta debe estar a 30 ºC, tal y como indica la normativa de la NIDE.
Los niños no son tan capaces como los adultos de regular su temperatura corporal: por un lado, pueden perder calor rápidamente si no están bien tapados (unas cuatro veces más rápido que un adulto) y son extremadamente sensibles al frío. Y por otro lado, les lleva mucho más trabajo regenerar el calor perdido. En consecuencia, una piscina que puede parecer caliente para los adultos puede ser fría para un niño. Si el agua está demasiado fría puede influir en la capacidad de diversión de un niño en la piscina, lo que podría repercutir en su capacidad para nadar o, incluso, desencadenar miedo al agua.
Las instalaciones de piscinas que buscan garantizar una experiencia satisfactoria para el usuario deben asegurarse de que la temperatura de las instalaciones se mantiene estable y es la adecuada para el uso previsto. La temperatura de una piscina es un asunto más delicado de lo que muchos profesionales de la piscina puedan suponer, ya que influye en el rendimiento deportivo o el bienestar del usuario.
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Así pues, el control de la temperatura se convierte en un elemento esencial que hay que supervisar igual que el resto de necesidades operativas de la piscina, como la cloración y la desinfección del agua. Debemos controlar estos valores regularmente para asegurarnos de que la piscina está adecuadamente preparada para su uso.