Mantener el agua de la piscina a la temperatura adecuada durante toda la temporada de baño, puede ser complicado. Además del tiempo, son muchos los elementos que no podemos controlar y que contribuyen a reducir la temperatura del agua, como la evaporación o la pérdida de agua por los bañistas que entran y salen de la piscina, la mezcla de productos químicos o de limpieza, entre otros.
Esta guía indica, en primer lugar, las opciones más utilizadas para saber cómo calentar una piscina, y después explica por qué las bombas de calor son la mejor solución.
Sigue leyendo si quieres más información:
- Calentar el agua de la piscina con energía solar.
- Cómo funcionan los intercambiadores de calor.
- Por qué las bombas de calor son la solución óptima para calentar una piscina.
- Las ventajas de utilizar una cubierta para piscinas.
En teoría, usar la luz del sol para calentar el agua de la piscina es un método sencillo y eficaz. Aunque es una opción ecológica, lo cierto es que hay que tener en cuenta algunos aspectos, entre ellos, el tipo de tecnología utilizada. También hay que tener en cuenta que los métodos con energía solar sólo son eficaces para piscinas pequeñas o residenciales. Si optas por la energía solar, aquí tienes algunas soluciones:
Calentadores solares de agua
El mismo calentador solar que utilizas en casa, puede servirte para el agua de la piscina. Sin embargo, el principal inconveniente es que, en días nublados, su nivel de eficiencia es muy bajo. Ahora bien, esos días serán, precisamente, cuando el agua de la piscina esté más fría y, por lo tanto, más necesidad tendrás de calentarla. Esto hace de los calentadores solares de agua la opción menos preferible.
Paneles solares
A diferencia del calentador solar de agua, los paneles producen energía en vez de calor. Además, tu sistema de calefacción eléctrica de la piscina usará electricidad respetuosa con el medioambiente. Podrás acelerar el proceso combinando los paneles solares con un intercambiador de calor.
Si quieres instalar paneles solares, tendrás que asegurarte de colocarlos en el espacio óptimo, idealmente en una pendiente orientada al sur. Necesitarás una superficie relativamente grande, y la inversión inicial es elevada, pero una vez colocados, suponen un gran ahorro en términos de energía, al ser gratuita además de sostenible.
Esterillas solares o de EPDM
Esta solución, que consiste en bombear agua a través de las esterillas mientras las calienta el sol, funciona mejor en piscinas pequeñas que se desmontan en invierno. En cambio resultará insuficiente para mayores volúmenes de agua, y tardará demasiado tiempo en calentar. Las esterillas tienen que colocarse en una superficie que, preferiblemente, sea tan grande como la de la piscina y, además, solo funcionan en condiciones climáticas favorables, lo cual constituye una desventaja.
Calentadores solares de cúpula
Este sistema funciona de modo similar a las esterillas solares, con la diferencia de que, aquí, los serpentines suben creando una forma de cúpula donde se calienta el agua. En comparación con las esterillas solares, este sistema ocupa mucho menos espacio. Una cúpula calienta unos 5.000 litros de agua, lo que la hace eficiente para piscinas pequeñas. También depende de la luz solar, y utiliza una gran cantidad de energía para bombear el agua a través de las cúpulas.
Si quieres calentar rápidamente tu piscina, los intercambiadores de calor eléctricos funcionan mejor y son más eficaces que los métodos solares explicados anteriormente. Contienen un elemento calefactor en titanio resistente a la corrosión. La electricidad calienta la resistencia, que a su vez transfiere el calor al agua que circula por esta. Esto lo convierte en un sistema de calefacción relativamente barato de instalar, pero que en contrapartida consume grandes cantidades de electricidad , por lo que supondrá unos costes energéticos muy elevados.
Además, este método de calentamiento de piscinas es menos ecológico que los calentadores solares o las bombas de calor. La ventaja de un calentador eléctrico es que puede calentar el agua de la piscina a bajas temperaturas sin que tenga que hacer necesariamente buen tiempo. Por este motivo, suele combinarse con bombas de calor. El calentador eléctrico de titanio calienta rápidamente el agua hasta alcanzar una temperatura agradable. Te permite además que sea luego la bomba de calor la que se encargue de mantener la temperatura deseada, sin necesidad de estar siempre encendida.
Si bien las opciones anteriores podrían funcionar en piscinas pequeñas, no sirven para volúmenes de agua mayores, como las piscinas públicas. En este caso, las bombas de calor se convierten en la mejor opción, ya que ofrecen una solución de calefacción fiable y sostenible para grandes volúmenes de agua que no depende del sol ni de las buenas condiciones meteorológicas generales.
Las bombas de calor son más respetuosas con el medioambiente que otros calentadores que funcionan con gas o combustible. Además, una bomba de calor de alta calidad no requiere demasiado mantenimiento, lo que ayudará a reducir los costes de funcionamiento.
¿Cómo funcionan las bombas de calor?
Una bomba de calor utiliza electricidad para extraer el calor del aire atmosférico y transferirlo al agua. Las bombas de calor no generan calor por sí mismas . Algunas pueden trabajar a una temperatura tan baja como 10 ºC y, si hace falta, pueden combinarse con un intercambiador de calor.
Lo ideal es instalar la bomba en el exterior , para garantizar la entrada y salida de aire adecuada. Es preferible que el sistema de soplado lleve el aire frío directamente al exterior, lo cual beneficiará, a su vez, al entorno de la bomba.
Cabe mencionar que las bombas de calor son eficientes pero lentas , por lo que debe planificarse en consecuencia para garantizar que la piscina tenga la temperatura ideal cuando sea necesario. Esto puede depender, por supuesto, de la superficie de la piscina y del volumen de agua, pero también de la potencia de la bomba de calor.
Cuando el agua de la piscina está a la temperatura deseada, es importante disponer de algún sistema que ayude a mantener esta temperatura sin demasiado coste adicional . Cuanto más tiempo pueda mantenerse caliente el agua de la piscina, menos deberán usarse los sistemas de calefacción.
El uso de una cubierta de piscina es una muy buena forma de mantener la temperatura del agua. Reduce el proceso de enfriamiento y se puede desplegar fácilmente sobre la piscina cuando no la usas. Además, una manta térmica o solar te aporta la ventaja añadida de calentar la piscina mientras no esté en uso, lo que puede suponer un gran ahorro en los costes de funcionamiento anuales , al limitar la pérdida de calor en hasta un 50 % y reducir el consumo total de energía.