Hay muchas maneras de tratar una piscina para obtener un agua de máxima calidad. Agregar cloro es uno de los métodos más comunes para desinfectar el agua. Hay tres categorías de cloro que los operadores de piscinas deben controlar: cloro libre, cloro combinado y cloro total.
Las cantidades de cada tipo determinan la efectividad de la desinfección del agua, por lo que comprender estas métricas es clave para mantener el agua limpia y clara. En esta breve guía explicaremos las diferencias y cómo gestionar su desequilibrio.
El cloro libre es cloro en su forma virgen, lo cual significa que no ha entrado en contacto con ningún contaminante y actúa como desinfectante del agua. Generalmente es el que se suele analizar para determinar los niveles adecuados de cloro en el agua de la piscina y debe estar entre 1,0 y 3,0 partes por millón (ppm). El mantenimiento de estos niveles garantizará una buena calidad del agua.
Cuando el cloro actúa en el agua, entra en contacto con partículas de suciedad de diferente origen: polvo, hojas o partículas arrastradas por el viento, el sudor de los bañistas, aceites de la piel, etc. Esta combinación es lo que llamamos cloro combinado, también conocido como cloraminas.
Una vez que se ha formado el cloro combinado, su capacidad para desinfectar es limitada. En cierto modo, el cloro combinado ya se ha “usado” para higienizar el agua. El cloro combinado es la causa del desagradable olor a cloro y la irritación de los ojos y la piel que puede provocar el agua de la piscina. Además de causar molestias y una desinfección ineficaz, la exposición prolongada al cloro combinado puede provocar asma, alergias y otros problemas de salud.
Por último, el cloro total es simplemente la suma del cloro libre y combinado en el agua de la piscina.
Hay varias soluciones de tratamiento del agua disponibles para controlar los niveles de cloraminas de la piscina.
Una opción es realizar un proceso conocido como sobredosificación o supercloración. Como vimos anteriormente, una vez que se ha formado el cloro combinado, su capacidad para desinfectar es limitada. Específicamente, se necesitan 25 partes de cloro combinado para hacer el trabajo de solo una parte de cloro libre. Una vez que sepas el nivel de cloro combinado de tu piscina, tendrás que añadir unas 10 veces esa cantidad de cloro libre para neutralizarlo.
Sin embargo, existen alternativas más innovadoras y eficientes. La mejor solución para tratar este fenómeno es incorporar un sistema de desinfección UV como Heliox UV , Neolysis o Freepool2 en tu sistema de tratamiento del agua.
La luz ultravioleta es una forma de radiación electromagnética utilizada para tratar aguas residuales, potables y acuícolas que en los últimos años también se ha utilizado para tratar el agua de las piscinas.
Los sistemas de radiación UV, como las lámparas UV, operan en un amplio espectro para erradicar las cloraminas (<0,6 ppm). Esta solución también neutraliza el 99,9% de los microorganismos, incluyendo algas, bacterias, virus, hongos, levaduras y otros microorganismos resistentes al tratamiento con cloro. Además, minimiza la necesidad de tratamiento químico, reduciendo los niveles de cloro combinado y la necesidad de renovar el agua de la piscina.
Neolysis utiliza tecnología UV junto con una combinación de cloración baja en sal en un reactor. Neolysis disminuye drásticamente la concentración de cloraminas sin necesidad de añadir más cloro, de modo que reduce los olores y la irritación. También ahorra agua y energía, ya que ya no es necesario lavar el filtro para reducir los niveles de cloraminas.
Por último, el sistema Freepool2 desinfecta gracias a una combinación de electrólisis salina y lámparas UV. El sistema también corrige los niveles de pH inyectando CO2 a través del mismo reactor, en lugar de ácido, lo cual reduce el número de compuestos nocivos derivados de la mezcla con sustancias orgánicas. El proceso también es beneficioso para el medio ambiente, ya que reduce las emisiones de gases de las instalaciones sin afectar la calidad del agua.
Aunque no es un sistema de tratamiento del agua que regule directamente los parámetros de la piscina, las cubiertas son otra solución para reducir los niveles de cloro combinado, ya que evitan que las partículas y residuos externos caigan al agua y, por lo tanto, habrá menos sustancias que contribuyan a la formación del cloro combinado. La combinación de uno de los sistemas aquí descritos con una cubierta de piscina puede reducir drásticamente los niveles de cloraminas de la piscina.