Después de una temporada llena de huéspedes divirtiéndose alrededor de la piscina y refrescándose del sol abrasador, es importante proteger la piscina, es decir, su inversión. Con la llegada del invierno, gestionar el cierre de una piscina de manera correcta es esencial para garantizar que se mantiene en buen estado para el próximo año.
Los huéspedes y usuarios de hoteles, clubes deportivos o complejos turísticos son cada vez más exigentes. Especialmente si es al aire libre, esperan que la piscina que disfrutan en verano esté en perfectas condiciones. Afortunadamente, se pueden tomar medidas para que así sea, permitiendo al operador del establecimiento centrarse en otras actividades durante el invierno.
Normalmente, una piscina exterior se utiliza menos durante los meses de invierno, por lo que la mayoría de los establecimientos se beneficiarán de cerrarla temporalmente, reduciendo así los costes de funcionamiento y liberando al personal para realizar otras tareas.
El cierre temporal de la piscina la salvaguardará de las bajas temperaturas, que pueden afectar negativamente a la integridad de su estructura. No hacerlo aumenta la posibilidad de que el agua congelada (especialmente en zonas con inviernos extremadamente fríos) provoque una tensión adicional en la estructura de la piscina y pueda provocar la rotura de los azulejos, la desintegración de las rejillas o la degradación del revestimiento. También puede afectar a los sistemas de fontanería, provocando fisuras en tubos y conectores y, si no se despeja adecuadamente, al equipamiento en general, como las escaleras.
Seguir este proceso cada año reduce la probabilidad de que se produzcan reparaciones costosas y lentas que pongan fuera de servicio el principal atractivo de un negocio durante los meses más críticos. Para “invernar una piscina”, como se denomina en el sector, hay que seguir unos pasos básicos que garantizan un mantenimiento adecuado durante esta temporada de inactividad.
1. Limpiar y equilibrar la química del agua
El primer paso del proceso del cierre de una piscina es asegurarse de que se limpia a fondo. Para ello, los responsables del mantenimiento de la piscina deben eliminar por completo del agua cualquier impureza como suciedad, hojas y otros residuos. A continuación, deben limpiar rigurosamente las paredes de la piscina y el suelo con cepillos y otros equipos de limpieza para evitar la proliferación de algas durante los meses de invierno.
Después de haber limpiado la estructura y las paredes de la piscina, deberá medir la presencia de diversos químicos en el agua y hacer los ajustes pertinentes. Debe ajustar el pH, la dureza del calcio y la alcalinidad a los niveles recomendados. Así evitará la formación de incrustaciones, la corrosión y otros problemas.
2. Sacar los accesorios de la piscina y drenarlos bien
Lo siguiente en el proceso de cierre temporal de la piscina es retirar todos los equipos extraíbles. Esto incluirá las escaleras de entrada y salida de la piscina, los trampolines y sus accesorios y las cestas de skimmer que se utilizan en el sistema de filtración. Esto es especialmente importante en zonas con veranos calurosos e inviernos fríos, como en Europa central y oriental y a lo largo de la costa este de Estados Unidos. Esto se debe a que en climas donde la temperatura desciende regularmente por debajo del punto de congelación, los equipos pueden sufrir una degradación por el choque de las diferentes temperaturas.
Además de retirar estos elementos del interior de la piscina, deberá vaciar por completo todos los equipos, como bombas, filtros y calentadores. Esto significa asegurarse de que estén completamente secos y almacenados en algún lugar seco, evitando la posibilidad de que se vean afectados por la lluvia, la nieve y el hielo. Es un paso importante del mantenimiento de la piscina en climas fríos, ya que el agua residual puede congelarse y dañar el funcionamiento de la maquinaria.
3. Incorporar productos químicos que ayuden a invernar
Existen varios productos para el invernaje que pueden ayudar a prevenir el crecimiento de algas y mantener la calidad del agua. Incluso si su piscina es de agua salada, estos productos químicos son vitales para mantener la calidad del agua durante el invierno. Para evitar que el agua se putrefacte y se multipliquen las bacterias, estos productos incluyen bactericidas, alguicidas y productos químicos para la floculación.
Si es necesario, realizar un tratamiento de choque ayudará a equilibrar el cloro a los niveles correctos, pero debe ser algo que se haga antes de cerrar la piscina para el invierno. Lo ideal es realizar el tratamiento de choque cuatro o cinco días antes de cerrar la piscina. Los expertos recomiendan hacerlo por la noche, ya que los rayos UV del sol pueden interferir en el proceso.
4. Cubrir bien la piscina
El último paso para cerrar una piscina es cubrirla bien. La cubierta utilizada para el invierno será diferente de la que muchos utilizan a diario, ya que es más laboriosa de colocar y retirar. Sin embargo, se deja allí durante varios meses. La ventaja de una cubierta de piscina de alta calidad, ajustada a la piscina y debidamente anclada, es que protegerá el agua de los residuos y la mantendrá a una temperatura estable, reduciendo la posibilidad de que se congele.
Recomendamos una cubierta de invierno de PVC para piscinas, ya que ayuda a evitar la formación de algas, la evaporación del agua y, a la larga, reduce los costes de mantenimiento. La aplicación de una cubierta de calidad permite prescindir de la filtración constante y de muchos productos químicos durante todo el invierno, ya que el agua se mantiene estable durante los meses invernales. En un hotel, balneario, club deportivo u otro local público, los usuarios de la piscina notarán la diferencia en la calidad del agua cuando vuelvan en primavera.
5. Abrir de nuevo la piscina
Con la vuelta de la primavera, hay que hacer algunos preparativos antes de abrir la piscina. En primer lugar, retira la cubierta de invierno, límpiela a fondo y guárdela en un lugar seguro y seco para el resto del año. Vuelva a conectar todo el equipo que retiró al principio del procedimiento de cierre de una piscina; vuelva a colocar las escaleras, los trampolines, las bombas, los calentadores y cualquier otro enchufe o tubería. Antes de dejar entrar a nadie, compruebe la composición química del agua. Utilice los resultados de estas pruebas para realizar los ajustes necesarios.
Para que la piscina esté en las mejores condiciones para los huéspedes cuando llegue la primavera, hay algunos consejos de mantenimiento que el personal puede considerar durante el invierno:
1. Compruebe con frecuencia la cubierta de la piscina
La cubierta de la piscina debe revisarse cada pocos días o semanalmente, vigilando que no haya daños en el material ni zonas en las que se acumule agua, residuos o nieve. Retirar rápidamente los residuos puede prevenir posibles problemas, ya que pueden provocar la acumulación de agua que se congela y pesa sobre la cubierta, causando posibles daños al estirar el material. Del mismo modo, retire la nieve que se acumule en la cubierta para evitar un peso innecesario.
2. Prevenir los daños causados por el hielo
En pleno invierno, cuando hay más posibilidades de que se acumule hielo, evite que se rompa y agriete, ya que puede dañar el liner, las paredes y la cubierta de la piscina. Como última defensa contra las inclemencias del invierno, lo ideal son los tapones de invernaje, que detienen el paso del agua. Pueden evitar los costosos daños causados por la expansión del hielo y simplemente se enroscan en la entrada de retorno.
3. Observar el estado físico de la piscina
Por último, vigile el estado de la piscina durante los meses de invierno para poder resolver rápidamente cualquier problema y evitar así costosas reparaciones. Muchos establecimientos utilizan dispositivos inteligentes que controlan los cambios y los posibles problemas a través de un único dispositivo automatizado. Las señales a las que hay que prestar atención son la pérdida de agua, los daños físicos o agua turbia.
A medida que la escarcha empieza a descongelarse y los brotes verdes vuelven a las puntas de las ramas de los árboles, la gente empieza a sentir la tentación de darse un chapuzón en una piscina. Ampliar el tiempo de uso de la piscina puede atraer más clientes a un hotel, balneario o club deportivo. Para ello, hay formas de adecuar la piscina para su uso durante una larga temporada.
Una de las formas más eficaces y obvias es invertir en un calentador. En muchos climas, como el del Reino Unido, es probable que se utilice un calentador de piscina durante todo el año. Sin embargo, es posible que en lugares más cálidos sólo sea necesario mantenerlo encendido a principios de primavera y finales de otoño. Los calentadores de piscinas pueden regular automáticamente la temperatura del agua, garantizando un nivel confortable sea cual sea el tiempo que haga. Hoy en día existen varios tipos, como calentadores solares y calentadores de gas, pero la solución más eficaz son las bombas de calor, que aprovechan la energía térmica presente en el aire.
Otra opción respetuosa con el medio ambiente es la cubierta solar o térmica, que aprovecha la energía del sol para calentar la piscina mientras no se utiliza, prolongando su vida útil durante meses. Otra opción es instalar un recinto aislante alrededor de la piscina que la proteja de la intemperie y permita su uso durante todo el año.
Estas diversas medidas durante este importante periodo pueden aumentar la vida útil de la piscina y hacerla útil para huéspedes y clientes durante mucho más tiempo. Si nos centramos en la limpieza y el atractivo de la piscina, tendremos muchas oportunidades de aumentar el negocio y los ingresos durante la temporada.