Múltiples establecimientos como los parques acuáticos, hoteles, campings y resorts pueden obtener importantes beneficios al integrar piscinas recreativas en su oferta, con una gran multitud de opciones para su implementación más allá de los clásicos toboganes acuáticos. Por ejemplo, integrar un río lento o río en torrente ofrece múltiples beneficios. Más allá de su atractivo para los niños, estas instalaciones ofrecen oportunidades para crear entornos temáticos e infundir entretenimiento en espacios diseñados también para clientes más adultos.
La incorporación de un río lento (lazy river) y sereno puede agregar un entorno tranquilo y naturalista a una instalación acuática, atrayendo visitantes que buscan una relajante pero divertida experiencia de baño. Mientras tanto, la inclusión de un río en torrente puede satisfacer a los amantes de las emociones más fuertes, ofreciendo una emocionante y rápida aventura acuática dentro de la zona de ocio.
Añadir dicha característica otorga a los operadores de piscina una ventaja competitiva, distinguir sus ofertas de las de la competencia y crear nuevas fuentes de ingresos a través de actividades y servicios complementarios. Veamos las características clave y las recomendaciones de diseño para que estas instalaciones puedan maximizar los beneficios.
El río lento o lazy river , es una característica predominante e instalaciones de ocio y entretenimiento como los parques acuáticos, tanto para familias como para adultos. Normalmente imita un río suave, serpenteante y poco profundo que ofrece a los huéspedes una tranquila experiencia de deslizamiento en balsa. La suave corriente, facilitada tanto por la pendiente natural del terreno como por las bombas artificiales, mantiene el flujo constante.
A menudo, estas pintorescas vías fluviales pueden incorporar elementos ornamentales como pequeñas cascadas a lo largo de su recorrido. Si bien algunos están conectados a piscinas o piscinas de olas, otros forman circuitos cerrados, brindando variadas experiencias y características arquitectónicas. Estas instalaciones también pueden beneficiarse de plantas , iluminación y otros elementos de diseño. para crear una sensación natural y orgánica.
Una oferta adicional similar al río lento es el canal de corriente. Con profundidades que suelen oscilar entre 1 y 1,5 metros y una anchura que no supera los 3,0 metros, estos canales simulan el movimiento de un río manso. Sin embargo, debido a su profundidad, ofrecen versatilidad para terapias acuáticas, permitiendo nadar o caminar contra la corriente para mayor ejercicio y beneficio recreativo.
En contraste con estas características terapéuticas o orientadas a la relajación, el río en torrente (torrent river) ofrece una característica para los amantes de las emociones fuertes. Equipado con máquinas de olas similares a las de las piscinas de olas, estos ríos impulsan a los bañistas a lo largo de su curso a un ritmo más rápido que la experiencia habitual de un río lento, lo que crea toda una aventura al bajar en balsas.
Naturalmente, la velocidad y la profundidad de la instalación dependerá de su grupo demográfico objetivo. Aunque cualquiera de estas tipologías se puede adaptar a su oferta, existen consideraciones de diseño a tener en cuenta. Los repasamos a continuación.
A pesar del atractivo diverso y la creciente popularidad en el sector hotelero y los parques acuáticos, los ríos lentos plantean desafíos específicos de diseño. Uno de estos aspectos es mantener la velocidad de la corriente; estos cursos de agua alargados deben mantener una velocidad de 1 a 2 millas por hora y navegar por las curvas sin perder impulso.
La configuración convencional de sus sistemas se basan en las bombas de mayor tamaño que las utilizadas en piscinas y spas. La potencia de estas bombas se alinea con la escala y capacidad del río. Generalmente el objetivo es impulsar el río a un ritmo de 2 a 4 km/h. Los variadores de frecuencia, una opción popular, otorgan a los diseñadores y operadores la flexibilidad de ajustar la velocidad del agua en áreas específicas según sea necesario.
El agua se introduce al río a través de una red de entradas de agua estratégicamente posicionadas a lo largo de su recorrido. Uno de los aspectos críticos y desafiantes es gestionar el flujo en las curvas y esquinas. Una velocidad excesiva puede hacer que el agua se acumule en el lado exterior, lo que podría provocar derrames, mientras que un movimiento lento corre el riesgo de atascarse. El grado de curvatura influye significativamente en la dinámica.
La velocidad del agua, la profundidad del río y el ancho dictan los límites de curvatura. Normalmente las corrientes más anchas se adaptan a giros más amplios, especialmente a velocidades más altas. La introducción de chorros de pared en las esquinas, junto con chorros de suelo en otros lugares, resulta beneficioso para mantener la dinámica del río.
La seguridad es una preocupación primordial en el diseño de un río lento, especialmente considerando sus principales usuarios, los niños. Optar por formas suaves e irregulares ayuda a mitigar la fricción y los posibles riesgos para la seguridad, aunque hay otros factores que requieren consideración. Mientras tanto, alicatar el área circundante con materiales antideslizantes sirve para evitar caídas y lesiones en zonas circundantes.
Existen varios métodos de producción para elaborar el canal en sí. Idealmente, la fibra de vidrio es el material preferido, lo que permite un deslizamiento suave al mismo tiempo que previene las abrasiones de la piel debido a la fricción. El método más confiable para lograr este acabado es Moldeo por transferencia de resina ligera o L-RTM.
Este método implica inyectar resina entre moldes que se ajustan con precisión bajo una ligera presión en condiciones de vacío. El proceso comienza colocando el refuerzo de fibra de vidrio en un molde seco, posteriormente recubierto con un gel para lograr una superficie limpia y pulida. L-RTM no sólo ofrece un enfoque sostenible y ecológico, también produce una resistencia notable en comparación con los métodos de moldeo tradicionales. Sus atributos incluyen flexibilidad y un acabado brillante, mejorando la calidad general de los toboganes.
En resumen, la integración de elementos acuáticos como ríos lentos y ríos torrentosos en hoteles, campings y parques acuáticos ofrece ventajas multifacéticas. Estos espacios no solo atienden a niños sino también a adultos, creando ambientes temáticos y diversas experiencias recreativas.
El diseño y la implementación de estas instalaciones de agua plantean desafíos específicos, particularmente en mantener la velocidad adecuada, gestionar la dinámica del flujo en las curvas y priorizar las medidas de seguridad para los usuarios, particularmente los niños. Sin embargo, con los materiales adecuados y la experiencia en diseño, se pueden crear grandes atracciones acuáticas que diferencien tu establecimiento del resto y generen nuevas fuentes de ingresos a través de servicios complementarios.