En esta finca elevada y palaciega de 32 acres en Falaknuma (India), hay un gran arte para la primera impresión: ya que no se permite la entrada de automóviles más allá de la puerta principal y los visitantes llegan a la recepción en un carrito de golf o, para los VIP, en un carruaje tirado por caballos. En lugar de un mostrador de facturación formal, un abanderado saluda a los huéspedes haciendo sonar militarmente los talones antes de guiarlos bajo una lluvia de pétalos de rosa y al ex gobernante del palacio neopalladiano de Hyderabad. El resto de la experiencia no es menos impresionante, con salas de recepción con calidad de museo decoradas en estilo victoriano tardío, relucientes con madera bruñida y cuero, y un elegante patio con jardín con árboles y fuentes flanqueado por dos alas que albergan la mayoría de las 60 habitaciones. (Un poco más allá de una de las alas, las suites fielmente decoradas en un gran estilo eduardiano rodean un patio más pequeño en forma de estrella.) Dos restaurantes exitosos se sientan en el otro extremo del patio principal, uno el Mediterranean Celeste, el otro Adá, cuyo forte es Hyderabadi de cocción lenta altamente refinada. Entre estos, en una terraza bajo el dosel de vidrio coloreado del mirador, los huéspedes toman cócteles mientras se pone el sol, apreciando los colores sutilmente cambiantes del palacio y el cielo: siendo testigos del significado de falaknuma ("espejo en el cielo" en urdu) .